un vaivén de acertijos indescifrables, una mirada un rose...
qué podría ser mas desconcertante?
Es aterrador sentir el aliento que mastica los sentidos,
la incertidumbre se hace carne
y evadir querer saber la magnitud
de quién sos cuando la soledad
comienza a abrirse camino,
esa sensación que recorre tu espalda
a veces suele ser placentera y atemorizante,
es como el filo de un cuchillo que apenas rosa tu piel,
te estremece y te retuerce y aunque lo ocultemos,
sigue su pasaje hasta dejarte sin aliento.
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